Mientras tanto Charles Jacquard (francés), fabricante de tejidos,
había creado un telar que podía reproducir automáticamente patrones de tejidos
leyendo la información
codificada en patrones de agujeros perforados en tarjetas
de papel rígido. Al enterarse de este método
Babbage abandonó la máquina de diferencias y se dedico al proyecto de la
máquina analítica que se pudiera programar con tarjetas perforadas para
efectuar cualquier cálculo
con una precisión de 20 dígitos. La tecnología
de la época no bastaba para hacer realidad sus ideas.
El mundo no estaba listo, y no lo estaría por cien años más.
En 1944 se construyó en la Universidad
de Harvard, la Mark I, diseñada por un equipo encabezado por Howard H. Aiken.
Esta máquina no está considerada como computadora electrónica
debido a que no era de propósito general y su funcionamiento estaba basado en
dispositivos electromecánicos llamados relevadores.
En 1947 se construyó en la Universidad de Pennsylvania la ENIAC
(Electronic Numerical Integrator And Calculator) que fue la primera computadora
electrónica, el equipo de diseño
lo encabezaron los ingenieros John Mauchly y John Eckert. Esta máquina ocupaba
todo un sótano de la Universidad, tenía más de 18 000 tubos de vacío, consumía
200 KW de energía eléctrica y requería todo un sistema
de aire
acondicionado, pero tenía la capacidad de realizar cinco mil operaciones
aritméticas en un segundo.
El proyecto, auspiciado por el departamento de Defensa de los Estados
Unidos, culminó dos años después, cuando se integró a ese equipo el
ingeniero y matemático húngaro John von Neumann
(1903 - 1957). Las ideas de von Neumann resultaron tan fundamentales para su desarrollo
posterior, que es considerado el padre de las computadoras.